Entrevista a Ignacio Boada

Cualquier persona que ha nacido y crecido en el Catatumbo sabe que son más las alternativas de ilegalidad, de guerra y de violencia que las oportunidades de formación, educación y trabajo, Ignacio Boada.

Conversamos con el presidente de la USO en Tibú, una de las organizaciones sindicales que se moviliza en el Catatumbo desde el 28 de abril, sobre el pliego de peticiones de la región, la situación de Ecopetrol y las demandas de los Catatumberos.

Mi nombre es Luis Ignacio Boada Ordoñez, soy operador de planta en Ecopetrol, por lo tanto, en la actualidad también ostento el cargo de Presidente de la subdirectiva de la Unión Sindical Obrera-Subdirectiva Tibú. Soy estudiante en práctica de ingeniería industrial, y más de diez años defendiendo las luchas sindicales y sociopolíticas que se presentan en el Catatumbo y en el país. Además, integro la directiva del Club Deportivo Barquito y hago parte del Sindicato Mundial de Jóvenes a través de Industriol Colombia y obviamente cien por ciento catatumbero y tibuyano, nacido y criado aquí en Tibú.

Entrando en el tema del Paro Nacional, hablemos del pliego de peticiones particulares del Catatumbo y la USO

Quisiera iniciar esta entrevista con un reconocimiento muy especial al personal de salud y también al personal que se encuentra desde el pasado 28 de abril movilizado en las calles y los campos. Unos que salvan vidas a través de su trabajo luchando contra el Covid-19 y otros quienes decididamente hemos activado la movilización del 28 de abril luchando por un mejor futuro y quienes nos hemos visto afectados por la pérdida desafortunada de vidas de los jóvenes, las mujeres abusadas en todo lo que enfoca esta gran movilización pacífica. 

Segundo, ratificar que la USO, trabajadores de la industria petrolera a nivel nacional antes que trabajadores y dirigentes sindicales nos debemos y hacemos parte de las comunidades. Nosotros los hijos de Tibú antes de hacer parte de un empleo y desempeñar nuestra labor tenemos arraigo comunal y social, por tanto, cualquier decisión que se tome en el ámbito de la salud, de la economía, de la infraestructura víal nos impactará como ciudadanos. 

Nos hemos sumado decididamente a la gran movilización desde el 28 de abril con varios objetivos, nuestra propuesta consiste en el desarrollo de un proceso social y político de participación amplio, donde podamos deliberar y construir consensos que correspondan con la región. Que este diálogo nos ayude a dar un empuje sustancial a la agenda política enmarcada en la justicia social y que permita la construcción de una profunda cultura democrática y de respeto hacia los Derechos Humanos, al derecho a vivir en paz. 

El pliego de peticiones del Comité Nacional del Paro está expuesto sobre todo en siete grandes puntos, en donde varios de ellos impactan directamente la región del Catatumbo debido a la actividad petrolera como una de las principales fuentes de movimiento económico en Tibú. En un primer momento rechazando la reforma tributaria que empobrecía y marcaba mucho más las desigualdades sociales en el país. Sin embargo, no era solo eso, es también el Proyecto 010 de salud que debe ser retirado, dado que no reforma de manera positiva la salud sino más bien regresiva. 

El gobierno debe buscar alternativas que garanticen una renta básica de por lo menos de un salario mínimo legal mensual para la mayor cantidad de personas que han quedado cesantes y vulnerables durante la pandemia. Hablar también de la defensa de la producción nacional agropecuaria, industrial, artesanal y campesina. Aquí en el Catatumbo gran parte de la abundancia que se tiene en la línea alimentaria tiene una población bastante importante que garantiza en últimas la alimentación de la región. También es importante el subsidio a pequeñas y medianas empresas para que se genere empleo con derechos, con política pública de empleo regional y nacional, si eso existiera en el Catatumbo no estarían en las calles esta cantidad de empleos exigiendo. Muchos de ellos sin oportunidades, con la vida precarizada que desafortunadamente en muchas ocasiones tienen que sustentar a su familia en procesos no legales y la zona del Catatumbo sí que sabe de eso. 

¿Cuáles son las necesidades básicas insatisfechas en la zona del Catatumbo y cuál es la agenda que proponen para que se le cumpla al pueblo catatumbero?

Cualquier persona que ha nacido y crecido en la zona del Catatumbo sabe que son más las alternativas de ilegalidad, de guerra y de violencia que las oportunidades de formación, educación y trabajo. Uno de los puntos que nosotros venimos apalancando es la necesidad de que en Tibú exista la Universidad del Catatumbo. Los nacidos en esta tierra llegamos hasta la secundaria y querer aspirar a la educación superior aparte de los requerimientos económicos implica salir de esta tierra, salir del Catatumbo porque aquí no hay universidades. Ese es un retroceso gigante que tiene el área del Catatumbo que hoy día no tenga una universidad.

En el ámbito de salud se tuvo una victoria gigante con el tema de la construcción del hospital, pero el tema es que por ahora solo tiene infraestructura, el funcionamiento necesita una gran inversión. La pandemia sacó a flote lo complejo que es el tema del acceso al derecho de la salud en el Catatumbo. En ese sentido es muy importante dignificar los empleos de los profesionales del área, que el Estado garantice contratos que respondan con las necesidades de las personas que nos salvan la vida. 

Otro de los puntos de la agenda catatumbera es el tema medioambiental ¿Qué es lo que se está exigiendo?

Nosotros en este punto hemos sido enfáticos: no al fracking, ni aquí ni allá, ni ahora ni nunca. Esta práctica lesiva y sin presentación es la alternativa que presenta el gobierno nacional para la zona del Catatumbo, esa no será una solución viable, rentable, ni una solución social, ni ambientalmente hablando. La implementación de fracking en el Catatumbo es una apuesta discriminatoria que termina de dejar estancado este territorio. No puede ponerse la inversión extranjera por encima del agua y de la vida del pueblo catatumbero. Como organización sindical y como trabajadores de la industria hemos ratificado en el pliego de peticiones la no implementación del fracking en el Catatumbo. 

A propósito de ello, la USO tiene unas exigencias particulares frente a las decisiones que se han tomado para Ecopetrol ¿qué es lo que sucede con esta empresa pública?

Hemos dicho que salimos en defensa de Ecopetrol, de Cenit que es la red de transporte de hidrocarburos y de todas las empresas públicas que le quedan al país. No es sensato que una empresa como Ecopetrol que genera unos dividendos tan importantes, de los cuales el ochenta por ciento van a parar como aporte al fisco nacional y se tenga como alternativa enajenar o privatizar, es como vender el mercado para comprar una nevera. Ecopetrol sigue siendo la joya de la corona en el patrimonio que tienen los colombianos. 

Ignacio Boada

Otro de los puntos fundamentales que tiene el pliego de peticiones en el Catatumbo es el de la reapertura de la frontera ¿cómo puede mejorar esto la vida de los norte santandereanos?

La frontera le permite tanto a Colombia como a Venezuela un comercio binacional positivo, en ese sentido creemos que el Gobierno Nacional debe dar una mirada especial a la zona de frontera que debe iniciar con la reapertura de la frontera y buscando acercamientos políticos y comerciales que permitan reoxigenar la ciudad de Cúcuta y todo el departamento a través de la interlocución comercial que se da allí. 

En una zona con el conflicto armado tan vivo y la presencia de tantos actores armados, otro de los puntos que se busca implementar con urgencia está en los acuerdos de paz ¿Qué es lo que está ocurriendo en el Catatumbo?

Ese tema es fundamental, el respeto a los derechos humanos es fundamental, pero sobre todo el derecho internacional de paz en una zona como el Catatumbo tan golpeada y tan olvidada por la violencia, creemos que es el mayor compromiso y apuesta que desde las organizaciones sociales, sindicales y campesinas debemos hacer. Tenemos derecho a vivir en paz, hemos reiterado que se respete el acuerdo de paz firmado entre el gobierno y la insurgencia de las FARC, reiteramos un llamado también para reiniciar los diálogos de paz con la insurgencia del ELN. Necesitamos experimentar futuros diálogos de paz, el diálogo es la única salida para que los hijos de esta tierra podamos dejarles a las futuras generaciones un Catatumbo en paz. 

La explotación minero- energética lleva muchos años en el Catatumbo de una forma extractivista sin generar nada para los catatumberos, en el terreno sencillamente ha quedado una generación precaria de empleo que es lo mínimo que se debe dar a las poblaciones que viven en las zonas de este tipo de explotación.

Sin embargo, la respuesta del gobierno de Iván Duque frente a la protesta social ha sido la de la criminalización y la militarización de los territorios, nada más alejado del diálogo y la construcción de paz ¿qué implicaciones tiene una respuesta como esa en un territorio como el Catatumbo?

Las decisiones que ha tomado el gobierno van en contravía de encontrar soluciones de paz, la criminalización y judicialización de la protesta es un método que no va con el diálogo y la construcción de paz. Necesitamos encontrar consensos, pero primero debe parar el asesinato de líderes sociales, de cualquier ciudadano que piense distinto al gobierno. 

El expresidente Álvaro Uribe tuiteó en su cuenta un mensaje en el que estigmatizaba a las organizaciones sociales y líderes que se movilizaron en el Catatumbo en el marco del Paro Nacional, preocupado porque los productos de la zona, particularmente la palma, no podían salir. Sin embargo, las carreteras de la región llevan décadas en muy mal estado y los campesinos han señalado ese como unos de los principales problemas para la economía de la región. ¿Qué es lo que realmente ocurre con temas como la productividad campesina, la infraestructura vial y el señalamiento de líderes en el Catatumbo?

Desafortunadamente estos personajes tergiversan la información y desde su comodidad, desde los escritorios tienen otra mirada de lo que realmente es el país y lo que de verdad pasa en el campo, mucho más de lo que de verdad vivimos en el Catatumbo. Desde el 28 de abril se viene estigmatizando de una forma muy fuerte la protesta, el campesino, el trabajador, el comerciante no puede sacar productos y servicios precisamente por el abandono y el atraso que ha impuesto el Gobierno Nacional en nuestra región, basta solamente con llegar a Tibú por la vía que comunica el departamento con el municipio son 120 kilómetros que se vuelven horas y horas de transporte y de incomodidades para poder llegar a Cúcuta. Ese tipo de situaciones, que el gobierno no quiere ver, son las que llevan a que jóvenes y campesinos les queda como única opción el cultivo de ilícitos, ese es el flagelo del Catatumbo.

Nosotros reiteramos el rechazo a la militarización de la movilización social de parte del Estado. Rechazamos la represión violenta del gobierno de Iván Duque, en donde se evidencia que no quieren abrir los canales de diálogo para superar esta crisis, que no escuchan al pueblo y lo que se exige. Las organizaciones sociales, sindicales y comunitarias movilizadas estamos actuando en el marco de la Constitución para protestar contra este desgobierno. Necesitamos que se salvaguarde la vida de los protestantes, tanto en la ciudad como en el campo, sobre todo en una zona como el Catatumbo donde históricamente hemos sido golpeados por una violencia desmedida e inhumana. No puede ser posible que ahora que manifestamos nuestro descontento la respuesta sea la guerra, cuando lo que estamos esperando es un plan de vida para el Catatumbo que sea garantizado los recursos económicos desde el gobierno para materializar y lograr la sustentabilidad en el territorio. El gobierno debe poner la mirada en el Catatumbo.

La respuesta del Gobierno Nacional frente a ello ha sido, a propósito, la erradicación forzada, otro de los puntos del pliego de peticiones.

Una estigmatización al campesinado catatumbero que refuerza la idea de que aquí se siembra eso por gusto, siendo todo lo contrario, porque quienes hemos padecido la violencia que genera la siembra de cultivos de uso ilícito somos precisamente quienes habitamos el territorio. En ese sentido, si los habitantes de la ciudad están volcados en las calles pidiendo educación, salud, trabajo, garantías para la vida, imagínese cuáles son todas las cosas que tenemos que pedir en la zona rural y específicamente el campesinado del Catatumbo que está inmerso en los cultivos de uso ilícito, esos cultivos para el campesino son precisamente la única oportunidad de sustento y sobrevivencia. Ese cultivo ilícito, desafortunadamente, significa la salud, la educación, la infraestructura víal y todo lo que implica llevar una vida digna. Esperamos que desde el Gobierno Nacional esto alguna vez cambie, que las vías del Catatumbo principales y terciarias sean vías transitables, que se le llegue al campesino con alternativas serias de sustitución de esos cultivos, de manera concertada que les permita no solo sobrevivir sino vivir con dignidad.

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Autores

Ángela Martin Laiton

Editora

Soy periodista graduada de la Universidad Santo Tomás en Bogotá, hice una especialización en
periodismo narrativo en la Fundación Tomás Eloy Martínez de Buenos Aires y en esa misma ciudad
cursé la maestría de Literaturas de América Latina en la Universidad Nacional de San Martín. Me
gustan las crónicas, los perfiles, que la gente me cuente sus historias o espiarlas en las
conversaciones ajenas de los buses y cafés.